Lenguaje paraverbal: ejemplos de lo que debes tener en cuenta

Lenguaje paraverbal: ejemplos de lo que debes tener en cuenta

Cuando nos comunicamos hacemos más que emitir palabras y tener en cuenta cómo decimos las cosas es igual de importante que el contenido de nuestras frases, es decir, no todo es el qué, también hay que pensar en el cómo. Ya sea mientras hablamos o mientras escribimos, el lenguaje paraverbal y sus ejemplos están presenten y debemos de cuidarlos; sigue leyendo y obtendrás algunas claves vitales para conocer más acerca del paralenguaje, un concepto cada vez más estudiado y con más importancia en la comunicación verbal.

Lenguaje paraverbal: ejemplos en el plano oral

El tono de voz: piensa en el suave tono que usa una madre que habla con su bebé, o el tono seco de un jefe cuando no está contento con los resultados anuales. El tono de voz, más agudo o más grave, es el reflejo de una emoción o sentimiento, teniendo una gran diferencia los tonos entre personas que se conocen y otras que son desconocidas o tienen poca confianza.

El ritmo o velocidad: más rápido o más lento, más marcado, fluido, monótono o expresivo. El ritmo del habla viene marcado principalmente por la facilidad de palabra, la agilidad verbal y la cantidad de vocabulario conocido. Asimismo, también indica emociones; por ejemplo, cuando una persona está nerviosa suele entrecortarse, hablar deprisa e incluso atrabancarse. Por otra parte, una velocidad demasiado lenta puede aburrir al interlocutor y querer terminar la conversación. Un ritmo adecuado y expresivo siempre es más agradable y fácil de escuchar, por lo que, de esta forma, el mensaje tiene más probabilidades de ser entendido.

El volumen o intensidad: del susurro al grito hay un sinfín de intensidades que denotan multitud de emociones o sentimientos. Desde timidez, rigidez, imposición o dulzura, la intensidad es otro aspecto vital en el paralenguaje.




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Lenguaje paraverbal: ejemplos en el plano escrito

La distribución espacial: la forma en la que está dispuesta el texto es un enorme indicador de cuál será el contenido que el lector encontrará en dicho texto; es decir, un artículo del periódico, una carta del banco, un poema o una redacción no tienen la misma distribución de párrafos, columnas, cuadros, tabulaciones, espacios…

La puntuación: podríamos decir que los signos de puntuación son la “entonación” del lenguaje escrito. El punto, la coma, el punto y coma, los dos puntos, los signos de interrogación, los de exclamación, el paréntesis… Todos estos signos de puntuación tienen una importancia vital en el significado del texto. Hay un claro ejemplo gracias a estas dos frases: “No quiero más” y “No, quiero más”: ¡el significado es radicalmente opuesto!

La tipografía: el tamaño, la forma y el tipo de letra tienen un gran componente comunicativo, que quizás no cambian el significado de la frase tanto como los signos de puntuación, pero sí pueden denotar cierto estilo y tono del texto. Letras finas y con curvas no pueden anunciar un cartel de peligro, que deberá tener unas letras grandes y gruesas.

Como ves, la forma en la que se dicen las cosas es prácticamente igual de importante que lo que se dice: el paralenguaje es esta rama lingüística que tanto importa en una conversación, ya sea oral o escrita. ¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Has re-descubierto esta subcategoría del lenguaje? ¡Cuéntanos tu opinión!





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